La dicotomía a la hora de comprar vivienda empieza por el debate entre lo nuevo y lo usado. Para los expertos cada opción tiene lo suyo y detrás de cada una hay aspectos como los costos adicionales en los que se debe incurrir, los riesgos, o los plazos para por fin estrenar el inmueble.

Para Federico Estrada,  gerente de La Lonja de Propiedad Raíz de Medellín, cada alternativa debe pensarse “ajustada a las necesidades” de quienes sueñan con tener o renovar un bien inmueble.

Para el líder gremial, un aspecto fundamental es la cuota inicial, si se ajusta al monto, y plazo de pago que el comprador requiere, en la Vivienda de Interés puede ser del 20 % o 30 %, con una posibilidad de financiamiento de 80 %; mientras en los demás inmuebles la opción máxima de solicitud de respaldo es de 70 %.

 

El presupuesto

En mayo del año pasado, el endeudamiento registrado en el sistema financiero para comprar vivienda llegaba a 57,8 billones de pesos, el mismo indicador para mayo de este año alcanzó los 64,5 billones de pesos, es decir, un aumento de 11,4 %.

Los retrasos para honrar esta responsabilidad también aumentaron, pues de 1,6 billones de cartera vencida, se pasó en el mismo periodo a 2,05 billones. Es sobre este análisis que el gerente de proyecto de OspinasIván Darío Restrepo, asegura que calcular un presupuesto real se vuelve fundamental.

“Las viviendas vienen con unos gastos adicionales que pocas personas prevén: los notariales, la cuota de administración, el pago de impuesto predial y valorizaciones, por ejemplo, en el Poblado (Medellín) y en Envigado”, aseguró.

También, si se quiere comprar sobre obra gris, que en muchos casos es más accesible, se requieren otro tipo de gastos.

“Esta opción es mejor si la persona tiene una sensibilidad especial para la decoración y prefiere terminar la obra a su gusto”, aseguró el avaluador Francisco Ochoa. Pero la premisa debe ser tener un presupuesto claro para evitar el incumplimiento de una cuota para pagar vivienda.

 

¿Qué tal una usada?

Si se invierte en una usada, es probable que se gane en área, sea más accesible en el valor, pero se requieran más ajustes y arreglos, por lo que habrá que destinar una cantidad importante para esto, según referenció Ochoa.

Los precios, de acuerdo con Ochoa, varían entre nuevo o usado no solo por los metros de la vivienda, sino según la antigüedad o características adicionales de la edificación (salón comunal, piscina, zonas verdes). Un apartamento de 40 años en el poblado puede implicar una reducción importante en el valor del metro cuadrado, incluso de 50 %.

En estos apartamentos, también resulta fundamental “recorrerla bien, hablar con la administración para saber si se han sufrido reformas o repotenciaciones, y sobre todo, hacer un estudio juicioso de títulos, para evitar estafas”, aseguró el gerente de proyecto de Ospinas.

Finalmente, antes de aventurarse en este proceso, Ochoa invita a responder las siguientes preguntas: ¿En qué lugar busca (por conveniencia de trabajo, colegios, centros comerciales)? ¿Cuántos metros requiere (50, 80, 100)? ¿Qué comodidades son relevantes (piscina, BBQ, salón comunal, gimnasio, zonas verdes)? ¿Qué presupuesto tiene (no se le olvide poner los costos notariales, de administración, cuotas extra, valorización y predial)? y ¿qué tan rápido se puede vender el inmueble en caso de que requiera (es una zona con posibilidad de valorización o en declive)?.

 

Fuente: El Colombiano

Periodista Natalia Cubillos