Ventajas de arrendar y algunas formas disponibles para financiar la vivienda.

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A la hora de buscar vivienda se tiene la opción de vivir en arriendo o comprar una casa propia. Esta última alternativa suele ser el anhelo de la mayoría de colombianos, por eso resulta clave saber cuáles son las diferencias que hay entre pagar un alquiler o las cuotas de un crédito hipotecario para poder adquirir el inmueble y hacer realidad el sueño.

De acuerdo con la Federación Colombiana de Lonjas de Propiedad Raíz (Fedelonjas) “el mercado de arrendamientos en el país mueve cerca de 23 billones de pesos, lo que equivale a cerca del 3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB)”.

Lo primero que es necesario tener presente es que el canon mensual a cancelar por un inmueble en alquiler no debe ser mayor al 1 por ciento del valor total de la vivienda.
Adicionalmente, debe contar en el presupuesto: el pago de la administración del conjunto y el de los servicios públicos, que varían de acuerdo al estrato socioeconómico.

Una de las ventajas de vivir en arriendo es que no se debe asumir el pago del impuesto predial, ya que eso le corresponde al dueño. Tampoco se debe hacer cargo de los arreglos ni del mantenimiento de algunas zonas de la vivienda, pues estos corren por cuenta del propietario. 

Por lo general, en el país la mayor demanda de inmuebles en alquiler se presenta en los estratos 2, 3 y 4.

“Sin duda la vivienda en arrendamiento es una opción válida que puede ofrecer buenas condiciones para quienes viven en alquiler, aunque es necesario que se sigan incentivando las políticas para que cada vez más familias compren vivienda”, precisó la presidenta de Fedelonjas, María Clara Luque.

Si por el contrario, la decisión es tener vivienda propia, el crédito hipotecario es la alternativa de financiación que más se recomienda y que acostumbran a usar los colombianos.

 

Para tener en cuenta

Antes de solicitar el préstamo se debe definir si la vivienda será nueva o usada, analizar las opciones en el mercado y escoger la que mejor se acomode a los gustos y las necesidades.

Una diferencia notable con pagar arriendo es que el inmueble ya es propio (aunque inicialmente esté bajo la figura de hipoteca) y hará parte del patrimonio cuanto se termine de pagar el crédito.

Además, en la actualidad, en el país hay varias opciones a través de las cuales se puede adquirir la vivienda y pagar una cuota del crédito de un valor inferior al que se pagaría por un arriendo.

Subsidio ‘Mi Casa Ya’ es una de las alternativas, donde pueden participar hogares con ingresos desde un salario mínimo. Dependiendo de este valor en el hogar y del tipo de vivienda seleccionada (VIS o no VIS), la cuota mensual del crédito hipotecario se puede reducir hasta en un 30 por ciento.

También hay que tener en cuenta los reajustes en las tasas de interés; en los últimos meses, el Banco de la República ha reducido la tasa de interés de referencia y gradualmente los bancos también la han bajado, motivando la inversión en bienes raíces. 

Otra de las posibilidades es el arriendo con opción de compra a través del Fondo Nacional del Ahorro (FNA), al que sus afiliados pueden acceder. Este programa consiste en el pago mensual de un arriendo que termina siendo un abono al costo de la vivienda.

Antes de iniciar el proceso tenga un porcentaje del valor de la casa o apartamento que se quiera comprar, ya que el monto del préstamo no será por el precio total. Los bancos solo podían prestar el 70 por ciento, pero una de las medidas para reactivar el sector es que para viviendas no VIS se puede financiar hasta el 90 por ciento.

La cuota mensual varía de acuerdo al plazo escogido en el crédito y el sistema de financiación seleccionado (pesos o UVR).

Fuente:

El Tiempo