Si entre enero y mayo del año pasado una vivienda, apartamento o casa, se demoraba un promedio de 167 días para tomarse en arriendo en la capital antioqueña, para igual periodo de este año bajó a 121 días, al tiempo que aumentaron el número de colocaciones en arriendo 7 %.
Así se concluye del último estudio de la Lonja de Propiedad Raíz de Medellín y Antioquia, que mes a mes censa desde hace siete años 105 mil unidades de estratos 4, 5 y 6 en unos sectores residenciales de Medellín y Bello y, más recientemente, sumó otras de Envigado y Sabaneta.
El aumento de la demanda de este tipo de inmuebles se debe en buena medida a una mayor migración desde otras ciudades, la generación natural de nuevos hogares locales, cambios en la composición familiar y a la independencia paulatina de jóvenes, pues aún no tienen la capacidad de pago de un techo propio, explicó ayer a EL COLOMBIANO Jorge Agudelo Torres, director de Investigaciones de la Lonja.
Datos de este gremio inmobiliario arrojan que en Medellín se estima que hay 302.916 viviendas en arriendo de las 365 mil que, aproximadamente, suma el Valle de Aburrá.
En ese sentido, del 35 % al 37 % de los habitantes viven en alquiler, con menor intensidad en zonas como El Poblado, Suroriente de la ciudad, y con mayor medida en las laderas Nororiental y Noroccidental de la capital antioqueña.
Con poco más de mil negocios inmobiliarios de arrendamiento registrados a mayo, un 49 % corresponde a viviendas de tres habitaciones, mientras un 23 % son de dos agregó Agudelo.
Que siete de cada diez inmuebles demandados en alquiler en la ciudad tengan esas condiciones ya es una señal clara de mercado para los inversionistas actuales y potenciales en este segmento.
Zonas más dinámicas
En ese contexto, el 62 % de viviendas de la muestra se alquilan en un promedio de menos de tres meses. Incluso hay zonas de mayor demanda, como la Loma de los Bernal y Rodeo Alto, en el occidente de la ciudad, donde se toman a razón de 45 días.
También es muy dinámica la actividad en la zona centrooccidental. En los barrios La América, La Floresta y Calasanz, donde hubo un crecimiento de 40 % en las colocaciones en arriendo y un promedio de 63 días para que el inmueble se tome en arriendo, que baja en sectores de la parte alta.
En el caso del barrio Boston y sus alrededores, en el centro de la ciudad, hay un repunte en las colocaciones de 40 %. Esto se explica en vista de una mayor oferta disponible, asociado a mejoras en servicios, facilidad de transporte y cercanía a instituciones de educación superior (ver gráfico).
“Estamos viendo hoy que un inmueble en unidad cerrada están ocupándose en un promedio de 105 días, debajo al promedio de la ciudad, mientras que otros de distinta condición se demoran 180 días promedio”, agregó el investigador.
En cuanto a la evolución de precios en los cánones de arrendamientos, la Lonja ha notado incrementos que oscilan de 7 % a 9 %. Si bien la norma obliga a que solo se puede incrementar la tasa de inflación del año anterior, también se presenta un reajuste de precios en aquellos inmuebles desocupados y que por mucho tiempo tuvieron el mismo arrendatario.
“Las vacancias son aprovechadas por los propietarios para subir el canon, según la dinámica de la zona, y también se hacer mejoras y arreglos para ofrecer el inmueble a mayor precio”, precisó Agudelo.
Finalmente, el estudio arroja que el 89 % de viviendas ofrecidas en arriendo de enero a mayo y detectadas en el barrido de la Lonja apelan a una inmobiliaria, mientras que un año atrás era el 92 %, una disminución que puede estar asociada a procesos de la muestra.
- Fuente: El Colombiano
- Periodista: Juan Fernando Rojas
- Foto: Jaime Pérez