Sandra es madre cabeza de hogar y se desempeña como cochera de la zona cargando arena; junto con sus dos hijas ha tenido que moverse cada día entre el casco urbano y su vereda para conseguir con sus conocidos, un lugar donde dormir. Su casa hace parte de las 14 que se llevó el río San José en su paso por la vereda Salsipuedes el lunes 28 de octubre, luego de que las continuadas horas de lluvia, le dieran a la fluvial del río la potestad para arrastrar con toda la fuerza, no solo las pertenencias, sino la tranquilidad de alrededor de 70 las familias.
Adultos mayores, mujeres embarazadas y niños vivieron el desastre que dejó en calamidad a 19 familias y a la población incomunicada, pues hasta el puente que da acceso al caserío se fue con el río.
“Yo soy trabajador bananero y ese día cuando llegué a la vereda no pude entrar porque el río se llevó el puente, contamos con suerte de que todo pasara temprano porque si no de pronto hubieramos tenido víctimas fatales, no pudimos rescatar bienes materiales pero lo más importante era la vida” fue lo que nos contó Gildardo Tuberquia, un habitante de la vereda.
Debido a las actividades gremiales que realizamos en la zona y al trabajo colaborativo que veníamos realizando con Antioquia Presente para recolectar a través de los afiliados donaciones para esta causa, nos enteramos de la situación que se estaba presentando en Salsipuedes y decidimos llegar hasta allá para sumarnos al restablecimiento de su cotidianidad con un pequeño aporte. Pero al llegar, además de corroborar lo que ya sabíamos – que nuestra ayuda era minúscula en comparación con sus necesidades-, también nos percatamos de que, incluso antes de la catástrofe, la ayuda era necesaria.
Recorrimos la vereda abrumados por los daños causados y con la sensibilidad de punta entendimos que, lamenteblemente, este tipo de sucesos, son los que nos permiten llevar la mirada hasta zonas como Salsipuedes en las que las condiciones de vida, indudablemente podrían mejorar si como sociedad, y en nuestro caso como Gremio, permanecemos unidos para solidarizarnos con comunidades vulnerables que mucho nos necesitan y que valoran todas las iniciativas para acompañar sus causas. “No se olviden de nosotros”, nos dice uno de los habitantes de la vereda mientras se despide.
Salsipuedes es el nombre de una famosa canción de Lucho Bermúdez. “Hoy quiero gozar, quiero vivir en Salsipuedes / tierra de ilusión donde el amor nunca se muere” reza el coro que por décadas nos ha acompañado en fiestas navideñas y reuniones familiares. Una frase que esperamos se convierta en la realidad del restablecimiento de la vereda que recientemente conocimos y en la que esperamos todos sus habitantes puedan recuperar por sobre todas las cosas, la tranquilidad.
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